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Marta Tejada, recientemente galardonada con el Premio del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación al Mejor Proyecto Fin de Carrera en Gestión, Economía y Regulación de Telecomunicaciones, pertenece a la primera promoción del Programa Erasmus-Prácticas. Su dominio del inglés y el italiano y sus ganas de afrontar nuevos retos le abrieron las puertas de COGES (Schio, Italia), empresa líder a nivel europeo en diseño, fabricación y comercialización de mecanismos y sistemas de pago, perteneciente al Grupo Azkoyen desde 2005. En la actualidad lleva un año contratada en la empresa.
El día a día en la oficina
En mi caso, tenía la decisión tomada antes de conocer la existencia del Programa Erasmus-Prácticas. Había tenido ya dos experiencias en el extranjero, una Erasmus en Turín y otra laboral en Alemania. Ambas fueron tan positivas que llevaba ya un tiempo pensando en volver a irme. La Convocatoria Erasmus-Prácticas me ofreció la oportunidad perfecta para ello en el momento adecuado, asi que no dudé ni un momento en presentar la solicitud.
Los trámites fueron muy sencillos. Tras presentar la solicitud de participación, el proceso de selección se dividió en dos partes. La primera fue una prueba de idioma, una parte escrita y otra oral. La segunda consistió en una entrevista personal donde expuse mis expectativas y motivaciones para participar en el Programa. Aprovecho para agradecer y hacer presente el esfuerzo e interés por parte de la Fundación, para buscar unas prácticas lo más a medida posible respecto a las preferencias de los estudiantes. Una vez que me confirmaron que había sido seleccionada, la parte del papeleo fue muy sencilla, bastaron algunos documentos como el convenio para el reconocimiento de los créditos y la firma del acuerdo con la empresa de destino.
Afrontar un nuevo reto siempre supone un mínimo de incertidumbre e inseguridad. Y si es en el extranjero parece que todo se acentúa más: nuevo ambiente, nueva gente, nuevo idioma, nueva cultura y todo lejos de la vida a la que uno está acostumbrado. Yo partí con ventaja, mi anterior estancia en Turín me hizo las cosas muy fáciles. La cuestión de conocer el idioma, en mi opinión, es la base para la adaptación. El resto viene por si solo sin que uno se dé cuenta. En mi caso sabia ya italiano y conocia la cultura, asi que en ese aspecto tenia ya el camino hecho. A nivel laboral, además, tuve la gran suerte de contar con un gran apoyo por parte de los compañeros de la empresa, que desde el primer día han estado siempre disponibles, tanto dentro como fuera del horario laboral, cuando he tenido cualquier tipo de problema o dificultad.
Parte del equipo I+D de Coges Spa
Haciendo balance de los seis meses de prácticas, puedo decir que todas las expectativas que tenia han sido cumplidas, tanto las personales como las laborales. De hecho, todo ha ido tan bien que, cuando la empresa me ofreció un contrato una vez acabado el periodo de prácticas, no dudé en aceptarlo. A día de hoy y un año después del final del periodo de prácticas, me encuentro trabajando en la misma empresa donde realicé las prácticas y estoy muy contenta por ello.
El equipo de lectores de billetes
El comenzar la vida laboral en el extranjero es un doble reto y a la vez una experiencia doblemente positiva y enriquecedora. A nivel laboral se me ha dado la posibilidad de comenzar a crecer profesionalmente en un ámbito directamente relacionado con mi carrera y en un sector de gran interés para mi. A nivel personal, aunque he podido conocer mejor la cultura y el idioma, en esta ocasión doy más peso al aprendizaje y madurez personal. Creo que esta es una experiencia única en la vida, que todo el mundo debería probar. Es una ocasión extraordinaria que recomiendo absolutamente.
Para los que están pensando en participar, que no lo duden ni un momento porque es una experiencia irrepetible.
Para los que tengan la suerte de poder disfrutar la experiencia, mi consejo es que la afronten con ganas, entusiasmo y positivismo y sobretodo que aprovechen el tiempo al máximo porque realmente se pasa sin darte cuenta.