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Raquel Azanza Álvarez, finalizó sus estudios de Grado en Trabajo Social en la UPNA en el 2014. Siempre ha tenido vocación e inquietud por formar parte del apasionante mundo del voluntariado, pero no fue hasta que comenzó los estudios de Trabajo Social cuando se adentró de lleno en el mismo y ya no quiere salir.
Raquel, cuéntanos brevemente tus experiencias como voluntaria
Me inicié como voluntaria en los campamentos de verano de ANFAS del 2011, a los que les siguieron respiros familiares, programa de ocio y campamentos urbanos. Asociación en la que sigo siendo voluntaria tras 4 años.
Después, durante el curso 2011/2012 participé como mentora en el proyecto piloto del Proyecto Ruiseñor de la UPNA, ofreciendo acompañamiento social a menores de diversos contextos socioculturales desde el ocio y tiempo libre.
Sin embargo, los tres últimos años han sido, sin duda alguna, los más intensos. Además de seguir en ANFAS, colaboré como voluntaria en el servicio El Txoko y en el proyecto Sopa Caliente de la Fundacion Gizakia Herritar - París 365, así como en la UPNA en el programa comunitario Gozamenez sobre sexualidad.
La experiencia de voluntariado por excelencia ha sido este último año (septiembre 2014 – agosto 2015) como voluntaria europea en la YMCA de Carrickfergus, localidad en Irlanda del Norte de la que acabo de regresar.
En la asociación he podido trabajar con menores y familias en los programas de salud y de ocio, en los que he organizado desde juegos, manualidades y clases de castellano, hasta clases de cocina y fitness, y talleres sobre alimentación saludable, consumos y sexualidad. Pero a su vez, he colaborado como voluntaria en Carrickfergus Senior Gateway Club, un club de ocio y tiempo libre para personas adultas con discapacidad intelectual.
En definitiva, ha sido el mejor año de mi vida hasta el momento, ya que no sólo he cogido experiencia que me va a servir de gran utilidad para mi futuro profesional, sino que a su vez, he aprendido de la vida, he mejorado considerablemente mi inglés y he hecho amistades de toda Europa.
¿Qué te llevó a colaborar en estos proyectos?
Decidí adentrarme en el mundo del voluntariado porque desde siempre me ha gustado ayudar a las personas y poder aportar mi grano de arena para cambiar poco a poco la sociedad en la que vivimos. Pero concretamente, decidí volar rumbo a Carrickfergus ya que siempre había querido tener una experiencia de voluntariado en el extranjero, y teniendo en cuenta la situación laboral en Pamplona y a nivel nacional, tras terminar la carrera era el mejor momento.
¿Qué destacarías de la experiencia vivida?
Si algo destaco de toda la experiencia que he vivido como voluntaria es que todos y cada uno de los proyectos en los que he participado me han aportado conocimientos, habilidades y competencias que han conformado la persona que soy en la actualidad.
¿Qué consejos darías a alguien que esté pensando en colaborar en este tipo de iniciativas?
Si estás pensando en colaborar como voluntaria o voluntariado en algún proyecto, no te lo pienses dos veces, infórmate sobre una asociación que intervenga con el colectivo social que más te interese y lánzate a la piscina.
Lo que sí puedo asegurar es que va a ser una experiencia de la que siempre te acordarás con una sonrisa e inolvidables recuerdos.
Raquel (5ª por la derecha en la fila de arriba) en buena compañía.