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Roberto Cia Marticorena, recién diplomado en Trabajo Social en el año 2012, se informó en la Unidad de Acción Social de la UPNA por Proyectos de Voluntariado Europeo, y se decidió por vivir la aventura solidaria en Belfast (Irlanda del Norte), dando además el salto a un nuevo entorno social y cultural.
Cuéntanos brevemente en qué consiste el proyecto de voluntariado en el que participas.
Se trata de una organización llamada YMCA, fundada por Georges Williams durante la Revolución Industrial, extendida por todo el mundo pero con gran influencia en países anglosajones. A grandes rasgos, en la que trabajo, está formada por personas profesionales y gran parte por voluntarios, que se unen por el compromiso compartido de desarrollar el potencial de niños y jóvenes ofreciéndoles apoyo para que creen de la mejor forma posible su futuro, favorecer un entorno adecuado también para su crecimiento y fomentar la responsabilidad y respeto social, independientemente de las creencias como es el caso en el contexto en el que estoy yo, con los protestantes y católicos.
Se desarrollan varios proyectos en los que participo, destinados a familias, niños y niñas de 0 a 8 años y también a adolescentes y jóvenes.
Se desarrollan en tres locales diferentes, a modo de club juvenil, y periódicamente se llevan a cabo diferentes proyectos: cocina, música, manualidades, deporte, talleres de drogas, sexualidad, apoyo en tareas escolares… También se ofrece un punto de atención al menor, de escucha, información, consulta de dudas y ayudar a quien lo necesite. También se promueven intercambios con otras YMCAs de la zona y en vacaciones se organiza un programa de verano con diferentes actividades, como salidas y distintos proyectos.
¿Qué te llevó a colaborar en el mismo?
En primer lugar, porque me pareció un proyecto muy dinámico, con un contacto muy cercano con la gente, lo cual me ofrece la posibilidad de sumergirme en un estilo de vida y una cultura auténtica y muy diferente, así como en otro estilo de trabajo, que me ha llevado a aprender mucho. También conté con la experiencia real y directa de otro voluntario que estuvo anteriormente, y al que estoy muy agradecido. Y, finalmente, porque la realidad que se ha vivido a lo largo de la historia de Irlanda del Norte me resulta muy interesante de conocer.
¿Qué destacarías de la experiencia que estás viviendo?
Sin duda, destacaría la posibilidad de crecer y madurar. Vivir durante este tiempo en un contexto totalmente diferente, en el extranjero, es una experiencia de la que puedes llegar a aprender muchísimo, tanto de otros como de ti mismo. Además, he hecho un gran círculo de amistades difícil de olvidar, y ha supuesto un lugar con un gran atractivo turístico, una historia fascinante, y unas características de su sociedad, de su gente, que he conocido y disfrutado.
¿Qué consejos darías a alguien que esté pensando en colaborar en este tipo de iniciativas?
Yo le animaría a que se atreva a ello, y que lo haga con ganas, porque supone una experiencia muy grata para crecer y adquirir muchas habilidades que vienen muy bien para la vida. No soy muy amigo de crear expectativas ante nuevos retos por lo que no aconsejaría afrontar una experiencia semejante con ideas preconcebidas sobre los posibles logros que va a conseguir en ese tiempo. Y tener presente que las cosas van a ir muy bien, pero que habrá unos días mejor que otros.