cabecera noviembre 2014

Egresados/as por el mundo

Patricia Ziganda Barberena ingresó en 2011 en el departamento de Administración y Finanzas de Lacturale para cubrir una baja de maternidad y un año después accedía a la Gerencia

Patricia Ziganda Barberena

“A la gente le choca mucho que sea tan joven, pero al final es cuestión de ponerle ganas, esforzarse al máximo y aprender día a día”

Abandonó la empresa familiar, “Postres tradicionales de Ultzama”, para buscar su propio camino profesional y lo encontró antes de lo esperado y en un sector muy vinculado al negocio de sus padres: el lácteo. Patricia Ziganda Barberena es desde hace dos años gerente del grupo empresarial Lacturale. Con solo 28 años, esta pamplonesa, diplomada en Ciencias Empresariales por la UPNA (2010), ha demostrado que con esfuerzo, trabajo y ganas de aprender se puede llegar muy lejos.

Entraste en Lacturale en abril de 2011 y un año después ya te ofrecían un puesto en la gerencia. ¿Cómo se consigue un ascenso tan rápido?

Bueno, no fue de golpe, fue poco a poco. Entré en Lacturale para cubrir una baja de maternidad en Administración y Finanzas. Al principio tuve mis dudas, porque en ese momento estaba trabajando en una asesoría de Pamplona cuatro horas al día con un contrato fijo. Cuando me propusieron venir a Lacturale para una sustitución me lo tuve que pensar bastante, porque era algo eventual. Al final acepté y aquí sigo.

Está claro que fue la decisión acertada, pero ¿cuándo te propusieron ocupar el cargo de gerente?

Cuando entré en Lacturale, me tocó encargarme de temas de contabilidad y facturación. Era un trabajo muy diferente al que había estado haciendo en la asesoría, pero no era nuevo para mí. Todos los veranos hacía prácticas en la empresa de mis padres y nada más terminar la universidad también estuve un tiempo con ellos, así que conocía el trabajo de oficina. Además, el programa informático que utilizaban era el mismo que el que tenían mis padres, por lo que no me resultó difícil adaptarme. En ese sentido, tuve mucha suerte. Cuando la persona que estaba de baja se reincorporó, nos quedamos las dos y poco después se quedó libre una plaza de gerente.

Y te la ofrecieron a ti…

Sí, la verdad es que no me lo esperaba, pero me hizo mucha ilusión. De todas formas, fui aclimatándome al puesto poco a poco y gracias a la ayuda de mi jefe, Juanma Garro, que es el presidente de Lacturale y que también desempeña funciones de gerente. Hasta entonces yo no había tenido que negociar con distribuidores y con la industria. Era un cometido nuevo para mí, así que Juanma me llevaba a las reuniones para enseñarme qué tenía que hacer.

¿Y cuál es el papel de un gerente?

Principalmente negociar precios con la distribución y con los ganaderos. La leche que no vendemos con la marca Lacturale se vende a Pascual y tenemos que negociar el precio con los ganaderos. También me encargo de las cuentas de resultados, de la plantilla, de un montón de cosas…

¿Qué es lo más difícil?

Negociar con la distribución, sin duda. Nosotros solo vendemos en Navarra y en el País Vasco, pero cuando el volumen de negocio es considerable tienes que tratar con la central, no puedes ir directamente al supermercado a venderle tu producto. En mi caso, tengo que viajar a Zaragoza (SABECO-Simply), a Madrid (Carrefour, El Corte Inglés), a Elorrio (Eroski) y a Irún (UVESCO-BM, Super Amara). En cuanto a la negociación de precios con los ganaderos, me tengo que juntar con Pascual. Lo que más me costó fue hablar en pesetas.

No me digas que seguís hablando en pesetas…

Sí, como hablamos de cantidades pequeñas es más sencillo. Date cuenta de que a los ganaderos les pagamos 65 pesetas por litro de leche o que el transporte nos cuesta 3,3 pesetas... Si pasáramos esa cantidad a euros, tendríamos que agregar varios ceros y sería muy fácil poner un cero de más o uno de menos…

Me imagino que tu juventud sorprenderá a tus competidores.

A la gente le choca muchísimo. Cuando preparas una reunión, vienen y te dicen: ¡qué joven eres! En un primer momento se sorprenden mucho, pero al final valoran tu trabajo y te acogen bien. Es cuestión de ponerle ganas, esfuerzo e ilusión por aprender todos los días. También hay que tener una disponibilidad del 100%. Entras a las 8 de la mañana, pero no sabes a qué hora vas a salir. Y muchos sábados tienes que viajar por motivos laborales.

¿Cómo está el tema de la igualdad en el sector lácteo?

En la distribución hay muchas mujeres, pero en la industria no. Por ponerte un ejemplo, hace poco nos reunimos a nivel nacional con Pascual en Madrid para tratar la decisión del Gobierno de suprimir las cuotas. De las 70 personas que asistieron a la reunión, únicamente 3 éramos mujeres.

En tu casa no faltarán productos Lacturale, ¿no?

Sí, por supuesto, pero ya consumía productos Lacturale antes de empezar a trabajar aquí. Es una leche muy natural y de calidad. Y lo más importante, sabemos de donde proviene: de las 16 explotaciones que tenemos en Navarra. Los yogures también son muy buenos, no tienen ni colorantes ni añadidos y el año pasado empezamos a vender queso. Todo con la filosofía de Lacturale.

¿Cómo ves el futuro?, ¿crees que hay esperanza para el optimismo?

Yo creo que sí. Si te esfuerzas y pones de tu parte, al final tienes tu recompensa. Lo que está claro es que tienes que ser consciente de que la vida de estudiante no tiene nada que ver con la vida laboral. Tienes que cambiar de chip y valorar el esfuerzo que hace el empresario por contratarte. A veces, es necesario ponerse en la piel del otro para lograr que la empresa salga adelante.

 

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