Hasta hace dos años, a Didier Vélez “Ni hao” le sonaba a chino, nunca mejor dicho. Entre sus planes no figuraba recorrer más de 9.200 kilómetros para formar parte de un proyecto de investigación sobre las conexiones de los aerogeneradores a la red eléctrica. Pero el destino e Internet quisieron que este licenciado en Ingeniería Técnica Industrial Especialidad Eléctrica por la UPNA y Bachelor of Engineering Aeronautical and Electronics Engineering (Avionics) por la Glyndwr University de Gales en 2010 se fijara en la oferta de una empresa de aerogeneradores china, Goldwind Science and Tecnology. “Ofrecía prácticas remuneradas para estudiantes o titulados extranjeros y, como no tenía trabajo, les mandé un correo interesándome por su propuesta. Se pusieron en contacto conmigo y después me hicieron una entrevista por Skype”.
Sí, me dijeron que me habían seleccionado. En ese momento me entraron un montón de dudas porque no sabía si era una buena idea irme a China. No conocía a nadie y me daba cierto respeto ir allí solo. Pero por otro lado, estaba en el paro. Cuando volví de Gales entré de becario en una empresa de servicios relacionada con la puesta en marcha de parques eólicos y me apunté al Máster de Energías Renovables: Generación Eléctrica de la UPNA. En junio de 2011, Ingeteam me ofreció realizar un proyecto de investigación y desarrollo relacionado con el máster. Después de un año en la empresa y como consecuencia de la “dichosa crisis”, no me renovaron, así que decidí marcharme al extranjero.
Increíble, y eso que al principio rechacé la propuesta. Menos mal que al final me convencieron y acepté. Ha sido la mejor experiencia de mi vida, sobre todo, porque me apoyaron muchísimo desde el primer momento. Lo que más me llamó la atención es que cualquiera puede solicitar la beca. En total, éramos 20 extranjeros (holandeses, australianos, alemanes, franceses, belgas…). Yo era el único español y trabajaba en el departamento de conexión a red. Investigaba una nueva lógica de control para las redes débiles y las conexiones de aerogeneradores a la red eléctrica. Mi jefe me facilitaba todas las herramientas para desarrollar mi proyecto y seguía periódicamente mi evolución. Incluso me llevaron a un parque eólico y me dejaron subir a un aerogenerador. Ha sido la empresa que más me ha enseñado a nivel laboral.
La verdad es que me he sentido como en casa. La política de Goldwing Science and Tecnology es conseguir internacionalizar la compañía. Aunque es la segunda empresa de aerogeneradores más grande del mundo, su fama se limita a China y, por eso, ha creado unas becas dirigidas a extranjeros que les permita abrirse al resto del mundo. Nos ofrecen prácticas remuneradas a cambio de que demos a conocer la empresa y que mostremos a sus trabajadores las costumbres de otros países, algo así como un intercambio cultural. Algunas veces venían niños de pueblos rurales que no habían visto occidentales para que nos conocieran.
A las ocho de la mañana cogía el autobús de la compañía y nada más llegar desayunábamos. Después, un cuarto de hora de ejercicio, aunque en nuestro caso no era obligatorio, y cada uno a su puesto de trabajo. A las once y media parábamos para comer y teníamos tiempo libre hasta la una. Yo solía jugar al ping-pong con mis compañeros. Era muy divertido y las instalaciones de la empresa eran increíbles, tenía un polideportivo con campo de fútbol, piscina, gimnasio y pistas de tenis.
Sí, con mis compañeros hablaba inglés, pero también iba a clases de chino. Por lo menos he aprendido el nivel suficiente para afrontar situaciones cotidianas: hacer la compra, coger un taxi, pedir en los restaurantes…
Entre semana aprovechaba las instalaciones que tenía la empresa para hacer deporte, y el fin de semana iba a conocer otros lugares. Compartía alojamiento con un chico belga muy majo y solíamos hacer muchos planes con otro chico holandés. Visitamos un montón de sitios: Xi’an, Tianjìng, Shangai, Tsingtao, pueblos cercanos y, por supuesto, los típicos destinos turísticos de los alrededores de Beijing (la Gran Muralla China, el Templo del Cielo, la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano). Además, también nos relacionábamos con los compañeros de trabajo. Una vez al mes mi departamento organizaba cenas y programábamos rutas por el monte. Eran muy abiertos y siempre estaban dispuestos a hacer planes con nosotros.
Mi intención era pasar las Navidades en Pamplona y regresar a Beijing, de hecho tenía el billete de vuelta, pero Gamesa Eólica se puso en contacto conmigo porque había visto mi currículum en Internet y me ofrecieron un trabajo. Al final acepté, aunque tengo que reconocer que me dio pena. De todas formas, me han dejado la puerta abierta.
Por supuesto, hay más beneficios que inconvenientes. Además, te puede abrir muchas puertas a nivel profesional, como ha sido mi caso. Un consejo que puedo dar para aquellos que quieran probar suerte en el extranjero, sobre todo si se trata de países con una cultura diferente, es que vayan con la mente lo más abierta posible y que se adapten a sus costumbres. Es una oportunidad única para aprender cosas nuevas y para poder desenvolverte en la vida.