cabecera julio 2012

Egresados/as por el mundo

Miguel Ángel Urgelles Asensio, un ingeniero industrial en Hóxter (Alemania)
Miguel Angel Urgelles

Pamplonés de 27 años, Miguel Ángel Urgelles Asensio es titulado en Ingeniería Industrial, en la especialidad de Intensificación Industrial, por la UPNA (2010). Su primera experiencia profesional como ingeniero le ha llevado hasta Alemania, donde trabaja desde febrero de 2011 dentro del departamento de asistencia técnica en Optibelt GmbH, una empresa fabricante de correas de transmisión ubicada en Hóxter. Su labor allí consiste en hacer cálculo de transmisiones de correas trapeciales, asistencia técnica a clientes, preparación y realización de seminarios para la formación de nuevos empleados y colaboración en la elaboración de manuales técnicos. A Alemania llegó nada más terminar la carrera, donde inicialmente trabajó como ayudante de producción en la empresa Wincor Nixdorf, en Paderborn. Este joven ingeniero está convencido de que debe haber más motivaciones para salir al extranjero que la búsqueda de empleo. "Vivir en otro país lo considero una experiencia positiva, pero no lo haría únicamente por buscar trabajo. Tienes que tener un interés en conocer otra cultura, otra gente, otro idioma…".

¿Qué te llevó a estudiar Ingeniería Industrial?
Siempre tuve claro que quería estudiar una carrera de ciencias. En su momento estuve dudando entre Telecomunicaciones e Ingeniería Industrial. A parte de que me gustasen asignaturas como Física o Matemáticas, también tenía interés por saber de dónde vienen las cosas, qué se esconde detrás de algo tan simple como puede ser una hoja de papel o un mero clip. Son cosas cotidianas que siempre han estado ahí, pero que alguien ha tenido que discurrir cómo hacerlas. Pensé que estudiar Ingeniería Industrial podría llevarme a saber y entender estas cosas.

Y te empleaste a fondo…
La verdad es que, si tengo que hablar de mi expediente académico, diría que no es nada del otro mundo. Era un estudiante normalito con muchas asignaturas aprobadas "por los pelos" y unos cuantos suspensos por el camino, sobre todo en los primeros años. Algo que no se ve en el expediente a primera vista, pero que sí destacaría, es cómo a medida que iban pasando los años, cada vez había menos suspensos o incluso ninguno. Yo creo que eso se debe a que durante la carrera uno se conoce más a sí mismo y sabe mejorar su rendimiento. De aquellos años también destacaría las actividades de equipo en las que participé, tanto en waterpolo como el Proyecto de Fin de Carrera de Motostudent.

Ahora que ya estás en el mundo laboral, ¿qué asignaturas recuerdas como más interesantes?
Creo que las asignaturas que más me gustaban fueron las que precisamente en su momento más difíciles eran. Por ejemplo, asignaturas como Matemáticas, Termodinámica o Fluidos, que me costaron un par de convocatorias, pero que cada vez que las estudiaba terminaba sabiendo más del tema y entendiéndolo todo mejor. Al final resultaban hasta entretenidas y venían acompañadas de una gran satisfacción cuando conseguía aprobarlas. También me gustaban las asignaturas sobre Economía y Organización, porque se salían un poco de la temática técnica que vemos normalmente en el resto de la carrera.

¿Estudiante al día?
La metodología era intentar ir a clase lo más posible y tratar de llevar al menos alguna asignatura al día, pero sería un iluso si dijera que estudiaba a ese ritmo. Yo también era de los que decía, como todo el mundo: después de la carpa me pongo. Al final empezabas a estudiar en serio en diciembre, siempre en compañía, eso sí, porque lo que uno no sabía, lo sabía otro y entre amigos tirábamos todos juntos del "carro".

¿Y desde el punto de vista humano y social, con qué te quedarías?
Bueno, a pesar de alguna decepción más o menos gorda al suspender, todos los recuerdos son buenos. Lo primero que me viene a la cabeza son los amigos, tanto de la carrera como del equipo de waterpolo. De ambos sitios me quedo con la gente con la que he compartido buenos y no tan buenos momentos: campeonatos, viajes, risas y "cachondeo" en la biblioteca… También me acuerdo del Campus Trophy. Ni el gol de Iniesta en la final del Mundial lo celebré tanto como el gol que metió un amigo y nos dio la victoria, sin olvidarme del viaje al Caribe en esa competición universitaria. Recuerdo que para conseguir el viaje había que, entre otras cosas, recolectar puntos del Diario de Navarra, lo que nos llevó a alguna que otra velada nocturna metiéndonos en contenedores en busca de periódicos...

Motostudent habría sido también otra interesante experiencia...
Sin ser muy aficionados a las motos, un grupo de compañeros nos juntamos para hacer cada uno nuestro proyecto de fin de carrera dentro del marco de esta competición, que consistía precisamente en construir una moto de competición. Yo no pude estar presente en la final porque ya estaba en Alemania, pero supe por los baches que había pasado el proyecto. Así que al final comprobar cómo todo se llevó a cabo y encima se consiguió ganar la competición fue para mí una alegría muy grande.

Eso significa que empezaste a trabajar enseguida...
Mi trayectoria profesional hasta ese momento había sido casi nula. Antes de trabajar en Alemania sólo había tenido los típicos trabajos de verano, en mi caso, en unas piscinas y en una autopista. Eso es algo curioso, porque cuando en el trabajo me preguntan cómo se trabaja en España o qué ambiente hay, les digo que no sé, que yo en realidad nunca he trabajado allí como ingeniero. Sólo sé cómo se trabaja en Alemania. Lo que más destacaría de este momento es precisamente el hecho de trabajar en el extranjero, en un país con otro idioma, lo que hace que los comienzos no sean del todo sencillos.

¿Llegaste con trabajo o te lanzaste a la aventura sin tener claro que ibas a hacer allí?
En realidad, llegué a Alemania y mi primer trabajo lo conseguí a través de una ETT (Empresa de Trabajo Temporal) a los dos meses de haber llegado. Era un trabajo en una cadena de producción, montando partes de cajeros automáticos en turnos de mañana y tarde. Iba en bici al trabajo y la primera inversión que hice fue un abrigo por el frío que empezaba a pasar en octubre por las mañana de camino al trabajo. Era todo lo que tenía y ya estaba a punto de "tirar la toalla" cuando en diciembre hubo una feria de empleo en la universidad de Paderborn. Allí comprobé cómo después de cinco meses mi alemán era mucho más fluido y entendía casi todo lo que me preguntaban. En aquella feria me aconsejaron sobre cómo hacer un curriculum vitae más "alemán". Por suerte envié uno de esos curriculums a la empresa en la que hoy me encuentro.

O sea, que las ferias de empleo pueden ser un buen trampolín...
En mi caso, sin duda. Las ferias son útiles porque, dependiendo de la empresa, suponen hacer directamente una mini entrevista personal, algo a lo que normalmente se accede después de pasar la criba de los curriculums y las cartas de presentación.

¿Cuáles son tus funciones en la empresa en que trabajas?
Ahora trabajo en el departamento de Aplication Engineering en Optibelt GmbH. En realidad no sé cómo se llaman los departamentos de las empresas en castellano. Es una empresa multinacional que se dedica a la fabricación de correas de transmisión. En mi departamento nos dedicamos a aconsejar y dar asistencia técnica a los clientes y a nuestros comerciales, haciendo cálculos de transmisiones y diciéndoles cuál es la mejor solución para su caso. También atendemos la formación de nuevos compañeros, que normalmente pasan por nuestro departamento durante una o dos semanas, donde les enseñamos la producción y cómo trabajamos. Ésta es una de las funciones que más me gusta porque tienes contacto con colegas tanto alemanes como extranjeros, que trabajan o van a trabajar en otros departamentos, lo que permite compartir distintas visiones de la empresa.

Los idiomas, un asunto clave, ¿no?
Siempre me ha gustado aprender idiomas. Con 13 años mis padres me propusieron estudiar otro idioma a parte del inglés del colegio y empecé con el alemán. Luego al comenzar la Universidad lo deje un poco de lado. Al tercer año lo retomé en el Centro Superior de Idiomas de la UPNA. Al acabar la carrera sólo encontraba ofertas de prácticas para seis meses. Entonces vi que mejorar mi alemán me podía aportar más que unas prácticas y me animé a probar suerte en el extranjero. Además, o me iba fuera con 25 años o no creo que me fuera a ir con 35.

¿Cómo es un día cualquiera en tu nuevo país de residencia?
La vida en Alemania no es muy diferente de la vida en España. Está claro que no puedes ir de pinchos. A cambio tienes cerveza y codillo. Siempre hay algunos grados de temperatura menos que en Pamplona, pero, en cuanto se ve un poco el sol, los alemanes salen enseguida a la calle. Dentro de este amor por el aire libre están los "grillen", que no es otra cosa que hacer barbacoas. Esto se hace en el balcón de casa, en el jardín o aquí, en Paderborn, en un parque que hay en la ribera del río.

En cuanto a horarios no somos tan parecidos...
Yo aquí me levanto a las 6.30 de la mañana y vuelvo a casa a las 6 de la tarde, excepto los viernes, que para las 3 de la tarde ya estoy en casa. Una cosa que me gusta es que en mi empresa cuando llega la hora de irse, te vas. No podemos hacer horas extra. Lo único malo es que cada día tengo unas dos horas de tren entre ida y vuelta, ya que la empresa está en un pueblo llamado Höxter, bastante pequeño, de unos 30.000 habitantes, que no tiene ni cine, pero yo prefiero vivir en Paderborn porque, sin ser una ciudad grande, hay un poco más de vida y, entre otras cosas, puedo seguir jugando a waterpolo en un equipo de aficionados de todas las edades. No es nada serio, pero haces un poco de deporte y conoces a otra gente.

¿Buenas migas con los alemanes?
De los alemanes diría que tienen mejor sentido del humor de lo que la gente se piensa. El estereotipo de alemán serio lo veo un poco anticuado. Saben tomarse las cosas con humor, son acogedores. Quizás esto tenga que ver con que me he movido en poblaciones pequeñas. Cuando un alemán conoce a un español siempre intenta decir algo en castellano. La única queja es que son incapaces de hacer colas. Es una batalla perdida, así que me lo tomo con calma. En cualquier sitio que haya una cola quieren ser los primeros y adelantarse. La mayoría son incapaces de formar una fila "india" bien ordenada.

¿Qué se aprende viviendo fuera de casa?
En mi caso creo que estoy aprendiendo más por haber empezado a trabajar que por la experiencia en el extranjero. Como digo, la vida no es muy diferente de España, hay otras costumbres, pero yo ya imaginaba que eso me iba a costar poco. Sin embargo, el cambio de pasar de la Universidad a trabajar es el más significativo, y creo que el mérito extra está en haberlo hecho en otro idioma y lejos de casa.

¿Echas de menos Pamplona?
A mi familia y a mis amigos sobre todo. Además, mis recuerdos de Pamplona son de universitario, con tiempo libre. Aquí yo me pienso que mis amigos están todo el día haciendo planes y de juerga, cuando en realidad muchos de nosotros hemos empezado a trabajar. De momento siempre voy dos veces al año: Navidades (o mi madre me mata) y Sanfermines (a esto mis padres no me obligan pero sí que se alegran, aunque me vean poco por casa). A mis amigos de Pamplona también los suelo ver alguna otra vez al año. O vienen aquí o nos juntamos por algún lugar de Europa. Así que la morriña de la gente y de Pamplona se lleva bien.

Muchos titulados de aquí están saliendo a otros países como Alemania ante la falta de trabajo. ¿Lo recomiendas?
Vivir en el extranjero lo considero una experiencia positiva, pero no lo haría únicamente por buscar trabajo. Tienes que tener un interés en conocer otra cultura, otra gente, otro idioma. Yo vine un poco antes de que empezase todo este "boom" de irse a Alemania y de que Merkel buscaba ingenieros. Eso de que con inglés vas a cualquier lado es mentira. Tienes que saber alemán o ser un crack en tu trabajo. También hay que saber que aquí hay muchas empresas multinacionales en pueblos pequeños, por lo que hay que estar dispuesto a no necesariamente trabajar en Hamburgo o Berlín. Seguro que en ciudades grandes hay muchas ofertas de trabajo, pero también hay muchos candidatos. En el mercado laboral alemán hay más ofertas para ingenieros que ingenieros. En mi departamento, por ejemplo, tienen problemas para encontrar personas cualificadas y no todo el mundo quiere mudarse a un pueblo. De hecho, las últimas incorporaciones hemos sido una china, un alemán y yo, lo cual demuestra en parte como el mercado laboral alemán está abierto a personas extranjeras.

¿Planes de futuro?
De momento en Alemania estoy bien y quiero seguir mejorando el idioma, aunque también me estoy empezando a plantear la vuelta. Por eso, de vez en cuando echo algún vistazo a ofertas de empleo en España. Supongo que la aventura en el extranjero durará un tiempo más, pero en mi cabeza sigue estando la idea de regresar a casa. Lo mejor sería Pamplona, aunque no necesariamente. Estar en el extranjero y ver que volver a casa te cuesta normalmente unas doce horas hace que distancias que antes te parecían grandes, se reduzcan ahora mucho.

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