Joan eduki nagusira

El confinamiento por la covid-19 ha supuesto “una oportunidad perdida”, porque “no ha traído consigo un incremento de la corresponsabilidad”, en cuanto reparto equitativo de las tareas domésticas y del cuidado de las personas entre hombres y mujeres, y sí, en cambio, “un reforzamiento de la idea de la conciliación como una solución solo para mujeres”, algo que “no permite avanzar en términos de igualdad”. Esta afirmación la expuso Sara Moreno Colom, profesora del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, en un curso de verano “online” organizado la semana pasada por la Universidad Pública de Navarra (UPNA) bajo el título “Sálvese quien pueda: cuidados, conciliación y teletrabajo en tiempos de pandemia”. El monográfico contó con la presencia de investigadoras como Empar Aguado Bloise, Libertad González, Teresa Jurado Guerrero y Marta Seiz Puyuelo y del investigador Vicente Díaz Gandasegui, así como de distintas representantes de colectivos sociales, caso de Laura Baena (jefa del Club de las Malas Madres), Carmen Flores (presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres Solteras-FAMS) y María Pazos Morán (coportavoz de la Plataforma de Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción-PPiiNA). Todas ellas coincidieron en “el abandono”, por parte de las instituciones, en la gestión de la conciliación, que ha recaído especialmente en las mujeres. 

zoom Sara Moreno

Sara Moreno Colom, profesora del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, durante su intervención “online” en el curso de verano de la UPNA.

Concretamente, la activista María Pazos calificó como “debacle social” la situación tras un confinamiento que ha tenido “una especial repercusión sobre las mujeres”. “No se han visto medidas de reconstrucción radicales como hubiera sido necesario para compensar mínimamente todos los perjuicios sufridos. Si no hay medidas como las escuelas abiertas al 100% con normalidad, las mujeres seguiremos pagando peaje y no se logrará que podamos avanzar en la sociedad. A ello se suma que movimientos sociales como el ecologista o el feminista están totalmente paralizados, atados de pies y manos, cuando se ha profundizado en la catástrofe ecológica, patriarcal, económica y social, y no han podido reivindicar avances antes estos retrocesos”, indicó.

Según Sara Moreno, el confinamiento ha reforzado las desigualdades entre hombres y mujeres hasta el punto de “reforzar una conciliación feminizada”. “Ha sido una oportunidad perdida, porque no nos ha movido de allí donde estábamos. Lo situación que existía anteriormente respecto al trabajo de cuidados y al doméstico ha persistido en el confinamiento, pero con el agravante de que han aumentado ambos, por lo que la carga de trabajo ha sido mayor y las diferencias pueden acentuarse”, describió esta doctora en Sociología e investigadora especializada en análisis del trabajo, el tiempo y la vida cotidiana, con especial atención a las desigualdades sociales, el bienestar y las políticas públicas.

Además, esta experta señaló que el teletrabajo “puede ser una trampa para las mujeres como lo es el trabajo a tiempo parcial, con lo cual, si no se regula como es preciso, puede conllevar un reforzamiento de estas desigualdades de género”. De hecho, subrayó “la urgencia de regular el teletrabajo para no persistir en estas desigualdades y, aunque suene muy polémico, desarrollar políticas públicas que fomenten la presencialidad laboral de las mujeres, porque sabemos que la casa es una fábrica de reproducir desigualdades”.

Permisos de paternidad

Entre las medidas que pueden favorecer la presencialidad laboral de las mujeres, María Pazos, investigadora y militante feminista, se refirió al Real Decreto-ley 6/2019 de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación. Tal como establece este texto legal, el 1 de enero de 2021 los padres tendrán ya 16 semanas de permiso (pagadas e intransferibles) como las madres. Sin embargo, la ponente alertó de que este texto legal “tiene trampas que impiden que los hombres hagan un uso corresponsable de ese permiso, porque tienen que solicitar autorización a la empresa para cogerlo”. A ello se suma la reivindicación de la Plataforma de Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción, una asociación creada en 2005 que agrupa a más de 150 organizaciones y personas con el objetivo de conseguir la reforma en España del sistema de permisos de maternidad y paternidad de manera que estos sean iguales, intransferibles y pagados al 100% para cualquier persona progenitora. Según la normativa, los padres tienen que tomarse las primeras seis semanas de permiso a continuación del nacimiento y, por tanto, son simultáneas a las de la madre. Tal como explicó en el curso su coportavoz, dicha Plataforma considera “un error” obligar a simultanear las seis primeras semanas, en lugar de únicamente las dos iniciales, porque se impide alargar al máximo el tiempo de cuidado de la criatura y porque, en esas primeras seis semanas simultáneas, por presión social, hay un alto riesgo de que se consoliden los roles de madre cuidadora principal y de padre ayudante, en muchos casos, no desenganchado de su empleo.

“Si no se cambia la redacción del Real Decreto-ley, se va a consolidar el modelo de hombre ayudante que tenemos hasta ahora. Y todo este dinero que hemos conseguido para que se pueda pagar a madres y padres durante 16 semanas no a revertir en la sociedad”, afirmó María Pazos, quien también se mostró contraria a que se conceda “una prestación económica para el cuidado en casa, porque la emplearán en su mayoría las mujeres”. “Si quiero la corresponsabilidad y que las mujeres se mantengan en el empleo, no se puede plantear ahora temporalmente este retroceso”, añadió. Y planteó, para las madres que cuidan solas de sus hijas e hijos, que disfruten del mismo permiso maternal en cuanto a duración (16 semanas), pero tengan derecho, mientras ellas están trabajando, a “la atención domiciliaria a tiempo completo por parte de una empleada o empleado público, que sustituya el tiempo de permiso que tendría la otra persona progenitora si existiera”. 

El curso “Sálvese quien pueda: cuidados, conciliación y teletrabajo en tiempos de pandemia” puso el foco, a través de las ponencias de una docena de expertas, en los efectos de la crisis en los usos del tiempo de mujeres y hombres y en sus impactos en el bienestar de los hogares y las personas que los integran. Irene Lapuerta Méndez y Begoña Elizalde San Miguel, profesoras del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la UPNA, dirigieron este monográfico, que había sido organizado por el Vicerrectorado de Proyección Universitaria, Cultura y Divulgación y había recibido financiación del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra. Un total de 72 personas siguieron el curso de forma “online”.