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Cátedra Jorge Oteiza
Financia: Gobierno de Navarra
Martes, 24 de noviembre de 2009
Primera lección:
La luz y la gravedad
Miércoles, 25 de noviembre de 2009
Segunda lección:
La mano y el tiempo
Al trabajar en distintos géneros artísticos, el territorio que cubre mi obra es amplio y he favorecido sin reservas la exploración de lugares distantes entre sí y la confrontación de lo dispar. Y así, viendo todo en conjunto, es fácil encontrarse con obras de muy diverso carácter, tanto en su matriz expresiva como en sus motivaciones o en su apariencia final. Algunas se basan en un concepto premeditado y otras, en cambio, son resultado de un dejarse llevar por procesos de espontaneidad expresiva; algunas se ciñen al rigor geométrico y otras, en cambio, fluyen orgánicamente; con frecuencia conviven la abstracción y la figuración así como la austeridad y el juego, la necesidad y el capricho. Pero a la vez tengo que decir que en cualquiera de los medios y especialmente en la escultura o en la arquitectura, mi trabajo ha girado obstinadamente en torno a un centro, un ámbito de atributos físicos y orgánicos como la luz, la gravedad, el magnetismo terrestre, el cuerpo, el curso temporal y la entropía. Las obras emiten señales o envían reflejos de esa entidad antecedente de coordenadas radicales; agrupadas en forma de constelación desvelan un núcleo tácito. Lo que antes pasaba inadvertido y parecía no ser nada se transforma en algo de expresividad elocuente.
Las obras sirven para convocar regiones físicas e imaginarias donde los pensamientos discurren fácilmente, para atraer horizontes entrecruzados del mundo que nos envuelve y atraviesa, en definitiva para que éste sea experimentable, reconocible y profundamente emotivo.
Cátedra Jorge Oteiza
Edificio de El Sario
Campus Arrosadía
31006 Pamplona